A la noche, la noche le es. Hora de pensamientos, hora de pulgatorio para el día. A la noche, el día muere, el Sol se hiere y desciende hacia su exilio mientras la Luna viene, en ocasiones, a recordar que siempre hay un mañana para todo aquel que quiera levantar la cabeza. Si no piensas de día, hazlo de noche.
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