Me dan asco los romances que
no son verdad, las espinas con sal, las bocas hambrientas sin besos que
llevarse al paladar. Me dan miedo las mentiras piadosas, los raquetazos sin
pelota; me asusta navegar cuando no es el viento quien maneja, no consigo
dormir sin que nadie me mezca.
Me inquieto cuando no veo razón ni pensión en los corazones, cuando el
cielo más gris que azul te recuerda que hay días que no sale el Sol. Me cabrean los matrimonios de conveniencia, las
falsedades enlatadas al vacío. Me desplomo cuando son los aviones los que
llegan más altos que las esperanzas. No me siento si me engañan, si me asustan, si
juegan conmigo.
No respiro cuando aprietan
los rayos del desconsuelo, cuando todo gira en torno a un quiero y no puedo; no
me desmayo cuando me hace falta, sólo me oprimo cuando todo sobra, cuando hasta
el todo estafa.
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