A veces el que puede no está capacitado para querer. No siempre es cuestión de posibilidad, en ocasiones es cuestión de necesidad, de sentimiento. Los amores no son constantes, lo siento, pero eso no significa que no puedas disfrutar de lo demás. Los vientos de la ciudad siguen levantándole las faldas a las Monroes de paso y eso no es algo precisamente fácil de evitar. La vista se mueve y las manos atacan. Los dedos aprenden piano con la facilidad del tecleo de un ordenador y la mente experimenta la volatilidad de un pájaro.
De mientras camino, hablo, conozco gente, saludo, sonrío, planeo, viajo, sueño, me hago el loco y juego a las damas con los días. La soltería está minusvalorada, el ser alucinógeno del enamorado vive en un universo paralelo, permítanme, mentiroso. Eso no quita que me encante, eso no quita que sepa de que va.
Así que mientras mi Aldrin no llega seguiré con lo mío y con lo vuestro, con lo que dejes; sin pudor y sin respeto, como a mi me gusta, como ya sabes. No es cosa mía si asusta.
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