Lo mejor del tiempo es cómo nos moldea. Es increíble ver cómo es él el que se encarga de diferenciar a la gente de las personas. Cada segundo que pasa es un instante menos que nos queda pare ver a Dios. Es una fracción más de sí mismo que se nos arrebata de entre los dedos de una forma casi cruel ya que no hay forma de evitarlo. Pienso en la gente que he tenido y la que se ha ido a lo largo de mi vida. Desde la primera gran pérdida hasta la última. Es increíble. Párense un momento a analizarse, a analizarles. Hayan sido importantes o fugaces: valen lo mismo. Uno acaba dándose cuenta que no le duele absolutamente nadie, que no les debes más o menos recuerdos por más o menos tiempo vivido. Que los que duelen son los que están y que los que se han ido son parte de un ayer que ya está muerto y enterrado. No sé si será frialdad o pasotismo; lo que sé es lo que hay. Y lo que hay es que las personas no se van ya que si se van no son personas para ti. Cualquier "gente", cualquiera de ellos por muchos que se crean son parte del olvido. No son nada. Los que se van, fuera cuales fuera el trayecto que siguieron contigo, son todos iguales, innecesarios y estériles sentimentalmente hablando. No se atrevieron a seguir tu camino. Pero ojo, no por eso son peores personas. Simplemente han perdido la oportunidad de seguir contigo. De llevarse esa parte de la vida, que eres tú, a la tumba. Yo, en parte, también soy gente para otros, también me pierdo a otros y me convierto en un recuerdo innecesario para aquellos que ya me olvidan; al fin y al cabo no he seguido el camino de todos los que han pasado por mi lado. Al fin y al cabo somos eso, parte de un ensayo y error constante, de positivos y negativos cuyo resultado final acaba desembocando en nuestras vidas; en lo que significamos.
Para mi es esencial elegir a quién seguir. Pero más importante es saber elegir quién quieres que te siga. Puede parecer recíproco pero no lo es. Hay falsos amigos, falsos amores, falsos convenios de amistad-placer que te pueden querer de forma temporal. Hay que identificarles y lo más importante; voltear la situación. Es decir, aprovecharte tú de ellos también. No suelo serlo, pero a veces en esto de las relaciones hay que ser un tanto animal. Hay que mentir, a veces; engañar, no mucho. Pero no se pierde nada por mirar un poco por ti y sacar, de aquellos que solo miran por su ombligo, un poco del néctar de su vida. ¿Estoy promoviendo el egoísmo? Sí, pero sólo contra aquellos-as que son egoístas contigo. A las buenas personas, a las de verdad, hay que entregarles el corazón y el alma y siempre con la verdad por delante. Sin dudarlo. Además en eso jamás me harán errar. Si amo, si siento: lo daré todo. Porque si no lo doy todo en esta vida por amor, no sé cuándo carajo lo voy a dar.
Porque si lo piensas, los duelos
son menos duelos con risas
y los ardores con visa
y los licores con hielo.
Y el corazón a deshora
y las uñas en la cara,
me lo dijo una señora,
disfrazada de cualquiera,
que quiso que la besara
como si no la quisiera.
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