Y me envenenan los besos que voy dando; y sin embargo cuando duermo sin ti, contigo sueño. Y con todas si duermes a mi lado. Y si te vas me voy por los tejados como un gato sin dueño; perdido en el pañuelo de amargura, que empaña, sin mancharla, tu hermosura.
Y cuando vuelves hay fiesta en la cocina y bailes sin orquesta y ramos de rosas, con espinas. Pero dos no es igual que uno más uno; y el Lunes, al café del desayuno, vuelve la guerra fría. Y al cielo de tu boca, el purgatorio; y al dormitorio el pan de cada día.
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