Los niños, tras los cristales. Diciendo adiós. Se van, para no volver. El reloj les cambiará y les transformará en una fotocopia en deterioro; un poco más gris, un poco más quemada. Sonríen, no saben a donde van. Nunca lo saben. Son niños y se sienten seguros. Les da igual a donde van; solo saben que no estarán, mañana, donde durmieron hoy.
Lo cierto es que desde donde yo estoy es imposible ver ya sus caras. El movimiento del tren hace imposible prácticamente visualizar sus miradas. Es el movimiento del tiempo y del espacio lo que me impide poder fijarme en algo que está pasando a pasado mientras maltrata a un presente que se sabe en el corredero de la muerte. Es el fin, debe de pensar, a cada segundo. Se muere y no podemos evitarlo. Es su naturaleza: nacer y morir, casi al mismo tiempo. Casi como nosotros, que ni estamos vivos ni estamos muertos.
Son incapaces de imaginárselo. Mi dolor, mi amor, mi paz, mi silencio. Ahí dentro nadie es capaz. Es tarea de reembolso. Ya se fueron. Es de noche y sólo veo luz. Sí, estoy a oscuras pero hay luz. Luz que me ciega, que me quema; que no me deja respirar. Solo hay luz cuando debería de haber sombra. Arde la noche, en mi, y se queda sola, en ella. De día todo está oscurecido, el sol calienta pero no quema, ni siquiera escuece ni por debajo de lo pecado.
Me curo en salud y me enciendo un cigarrillo. ¿Qué más da a dónde fueron los niños? ¿A caso les importaba yo mientras saludaban al infinito? ¿Qué soy? Solo un montículo de emociones de las que solo me preocupo yo. Soy un grano de arena en el infierno. Retorciéndome sí, pero al menos solo. Ni formo parte del dolor de otro ni me flagelo mientras me flagelan. Simplemente formo parte del infinito que yo creé a base de tropiezos y decisiones óptimas (respecto a la discordia). Soy un grano de arena sí; estoy en el infierno sí. Pero vuelo, vuelo con tan facilidad que soy prácticamente invisible. De hecho, esos niños jamás me vieron; de hecho, si alguna vez lo hicieron, han perdido absolutamente toda oportunidad de volver a verme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario