La nota más aguda de los silbidos;
cuando a vuelta de correo
mandas mis cartas al olvido.
Tú, la representación
del inicio
de mi cambio de sentido
de mi vuelta y rodeo.
Tú, a quien aún no veo;
eres juez y parte de mis vicios.
Tú, que me mataste desde el principio.
Apareces en mis sueños,
eres mi castigo.
Llegas y sonríes;
mi placer prohibido.
Ese que muere, ese en el que muero.
Cuando al despertar,
desapareces conmigo.
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