sábado, 9 de agosto de 2014

Eres una llaga en el corazón.
La nota más aguda de los silbidos;
cuando a vuelta de correo
mandas mis cartas al olvido.

Tú, la representación
del inicio
de mi cambio de sentido
de mi vuelta y rodeo.

Tú, a quien aún no veo;
eres juez y parte de mis vicios.
Tú, que me mataste desde el principio.


Apareces en mis sueños,
eres mi castigo.
Llegas y sonríes;
mi placer prohibido.
Ese que muere, ese en el que muero.
Cuando al despertar,
desapareces conmigo.

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