viernes, 19 de septiembre de 2014

                Estas palabras que escribo no nacen de antes. Es mi manera de hablar, no es un lenguaje que aprendí, son mis vellos, que se ponen de punta, cuando intento expresar lo bello del goteo del mar de tu pelo apaleando al desierto de mis aspiraciones perdidas. No me enseñaron a hablar para tenerte, esto que escribo tuve que hacerlo, aprehenderlo; de mi, en mi, para ti. Para encontrar el suicidio. No recuerdo tu cara y tu olor me sabe a viejo. El silencio me sale a ratos cuando intento encontrarte a lo lejos. En ocasiones veo fantasmas, fantasmas en sábanas blancas. Tan blancas como mi apellido, que está en mi sin pedirlo, que me persigue allá por donde vago sin hacer halagos de lo que nunca pido.

                   Estas, mis palabras, son obras de mis pasos; de yo en el tren, en el aeropuerto. Yo, dentro de un universo de suposiciones. Todo lo que lees, todo lo que leo, no es más que la creación de aquel reo que no tiene vallas y que considera que la única vía es quedarse en la línea de salida. Agazapado, espero; espero que no pasen los minutos, espero quedarme atrapado aquí, entre estas letras y respirar, respirar el aire que me persigue. Puede ser, todo puede ser; el aire rozando mis mejillas mientras me hago yo utilizando los restos del naufragio. Y me miro, no veas si me miro; ayer, ahora. ¿Qué hacía? ¿Qué hago? ¿A caso todo lo que hago es lo que quiero? ¿A caso sabe uno dónde está cuando sabe que no está cuerdo?


                      Mi punto actual es una idea. Es un "¿qué hago". ¿A caso algo tiene sentido en este bosque de despropósitos? Y miro, lo miro todo. Soy un telescopio que apunto a una Luna que sé donde está; y miro, miro de reojo, pero nunca directamente. Espío desde mi pero nunca hacia ti. Y deseo. Te deseo en la mejor situación. Y me alegro. Y me dueles. Y me llenas. Y me vacías. Y me curas. Y me matas. Y me das la vida. Y me hago aquí y ahora. Me hago sin querer, me hago más yo. Cada vez más lejos de ti. Y te imagino. No veas si te imagino. Te imagino en tu sonrisa; donde sea, con quien sea. Y me callo, no veas si me callo.



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