domingo, 16 de noviembre de 2014

Aunque nada me podía alejar del cielo ni de tu tierra;
a veces, era un holgazán por el miedo a tus praderas.
Y cuando intenté sacarte a bailar
no respondieron las piernas.
Y apareciste desnuda  sin avisar
en medio de mis coincidencias


Y entonces ya nada se puede contar a la hora de hacer las cuentas.
Y vuelo y sueño y vuelvo a soñar que aquí tú te presentas.
Y entonces me salvas de este puto huracán sonriendo a tu manera.
Y te beso, te beso y te vuelvo a besar observando cómo me besas.

Y ya nada queda de lo que empezó como un juego de mesa.
Y ahora solo estamos, solos tú y yo, juntando las estrellas
En mi cama solo hay sitio para los dos y tú tienes la reserva.
Te recuerdo, aquí, en mi habitación y se me rompen los esquemas.

Y entonces ya nada se puede contar a la hora de hacer las cuentas, 
y vuelo y sueño y vuelvo a soñar que aquí tú te presentas.
Y entonces me salvas de este puto huracán sonriendo a tu manera,
y te beso, te beso y te vuelvo a besar observando cómo me besas.
Y te miro, te pienso y te vuelvo a pensar buscando tus caderas.
Y te canto y te miro y te vuelvo a cantar buscando la vida entera

Y entonces ya nada se puede contar...

No hay comentarios:

Publicar un comentario