El aire está quemado.
El suelo amarillo.
Aquí donde yo vivo.
Los árboles se han deshidratado.
La muerte sube por los tobillos.
Los pájaros no tienen donde descansar.
Los insectos se acumulan bajo las piedras.
Los rastrojos sueñan con volar
aunque vivan entre la mierda.
Hace meses que no cae una gota de agua.
Los pozos están vacíos.
Las malas hierbas desean ser algas
solo por experimentar un poco de frío.
Y en medio yo,
que escribo.
Arrancándome el corazón
y dejándolo entre estos olivos.
Voy desapareciendo sin perdón,
relacionando soledad contigo.
Porque vivir sin ti
es como sobrevivir aquí,
todos los días,
solo conmigo.
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