martes, 14 de enero de 2020

Eres una idea de color en la mente.
Un diccionario.
Una mirada furtiva.
La unión de dos orillas.
Uno de los siete pecados,
tatuado en mis costillas.
Dos tazas de té,
una noche en vela.
Hacer noche en cualquier tren.
Sentirse libre
y sin condena.

La naturaleza pidió permiso al mar
antes de hacerte.
Le dejó al sol la capacidad de rezar,
no fuera a perderse
al verte.
La luna se da la vuelta una vez al mes.
Se muere de envidia.
Y los hombres pedimos tablas al ajedrez,
no vayamos a perder
un segundo
de tu sonrisa.

Y a mi, a mi,
me gusta la sombra de tu reflejo,
la imaginación hecha perfume.
Cómo te reflejas en los espejos,
cuando bajas y cuando subes.
Los caracoles que haría yo en tu pelo.
Tus manías y miedos,
gustos, sombras, bromas,
cómo andas, hablas, tus luces.
Todo se une en mi cabeza,
todo reluce.
Y en un rincón de mi certeza
me estás pidiendo la hora.
Y yo te regalo el tiempo
de mi alma,
a solas.

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