domingo, 26 de enero de 2020

¿Quieres mi mar?

Yo salía a fumar.
Ella iba a trabajar.
Falda roja, camisa blanca.
"Ojalá se pare a charlar."
¿Cuántas veces he visto el cielo?
Se ha pasado la vida
sin saber que la espero.
La miro desde la ventana,
cómo enamora su pelo.
Se ríe y sonríe,
y habla y juega,
baila.
Me pone el corazón a la altura del suelo.

Calle Preciados con Tetuán,
y tú que alumbras Sol.
Qué de noches oscuras
pescaría yo en tus ojos
si me dejaras un trocito de tu media Luna.
Bueno, mejor dicho, de tu corazón;
que, por cierto,
es de ti lo más valioso.
Está sonando esa canción que tanto te gusta.
Se le nota en la piel que sabe a colores.
Debe ser porcelana bañada en oro y caoba.
Cada uno de tus rizos son dos tentaciones
y en mis manos caben mil mundos
para regalarte caricias
cuando las pidas
y a deshora.

Creo que te vas,
¿mi tiempo ha acabado?
A ver qué hago yo ahora
sin un solo verano.
¿Pero qué ha pasado?
Todo ha cambiado.
Ahora escucho la vida en varios idiomas.
Tus pasos me quitan el hambre y me alocan.
No te olvides de lo que digo,
mola más la vida contigo.
Puede ser que mañana aparezca aquí a esta hora.
Me pelearé con el reloj para que corra.

De imaginar un solo beso
revientan mis espejos.
Y mi corazón
que tenía un controlador aéreo
ha salido corriendo.
Y se pregunta si esto es lo que ahí fuera llaman amor.
Puede que antes no lo haya sentido
y por eso ahora su sístole está desorientado
y su diástole absolutamente descontrolado.
Tú no lo sabes pero te voy a regalar un trozo de mi playa.
Que es mi alma.
No sé si te gustará llevarla encima.
Pero por lo menos me aseguraré así de que nunca te pase nada.
Porque allí, donde tú estés, estará mi mar;
protegiéndote de las rocas.
Llenándote la vida de agua y sal.
Y susurrándote
de noche
por todo el cuerpo
desde los pies hasta la boca
que estoy loco por tus huesos.


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