¿Crees que cada noche no pienso en ti?
Sería gracioso, la verdad,
que lo creyeses.
O que por un segundo pareciese
que no estás en todos mis sueños
y, por supuesto,
en todas mis pesadillas.
El primer verso rima con tu nombre.
Como mis latidos.
Y eso que estás lejos
y hay poco que me importe.
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