Es una estrella en el cielo
que apareció fugaz,
cambiando mi ritmo entero
a base de lloros.
Y qué más da.
No tiene el pelo negro
pero sí mil canciones para su verdad.
A su madre la tiene loca
y yo no puedo dejar de soñar.
Soñar con él
y con sus juegos.
De doce a doce sin descansar.
Con sus amigos es un pirata
si no le atacas
te besará.
Reparte abrazos por peteneras,
le va despertarse y ponerse a bailar.
En su sonrisa cabe un te quiero
y siete versos para rimar.
Anda sobre barro.
Su piel es suave.
Su pelo lacio.
Tiene loco a su padre
y él lo sabe.
Es muy sabio.
Parece mentira que empiece a hablar
si ayer era una molécula
flotando en fuego
y pidiendo libertad.
La próxima trastada
no tiene nombre.
Y a los pies de la cama
encontrarás el hueco
donde se esconde.
Me muero más si más le quiero.
Mi mayor regalo.
Él hace que nada importe.
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