Ojalá ardieras por dentro
como ardo yo
cuando pienso en lo bueno,
o no,
que sería contactar contigo.
Puede que camine por tu mente como tú caminas por la mía cuando voy a dar clases.
Puede que de vez en cuando me cuele por tu pensamiento,
aunque sea para acto seguido desecharme.
O quizás antes de tomarte una copa brindes a mi salud
mientras yo hago como que no me acuerdo de ti;
también puede que pase al revés.
Qué más da.
Supongo.
Mientras seas feliz.
Echarme a un lado,
no buscarte,
hacer el tonto,
esperar acostado
a que pase la tormenta.
Ya me has bloqueado,
vaya sorpresa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario