martes, 7 de abril de 2020

Cuando ríes.

La luna llena cuenta cuentos
que solo los muertos
saben traducir tras tu puerta.
Cuando pasa en tu cama desierta
los sueños te tocan
porque, en realidad, estás despierta.
Vives mil vidas.
En todas eres perfecta.

Cuando caminas con las alas desplegadas,
siempre hay una orquesta
que te espera
a que hagas del todo, la nada.
Una orquesta invisible
que inventa notas con tu nombre.
Y que solo toca por verte.
Pases de día, pases de noche.

Cuando lloras.
Joder, cuando lloras cómo se nubla el día.
Qué angustia, qué desangre de horas
que te cambiaría yo, para que fueran mías.
Y así tú no tuvieses que gastar tus ojos.
Tus insultantes ojos
de belleza y brujería.

Cuando ríes.
Eso es todo, cuando ríes.

¿Cómo no empadronarse uno en tu pelo?
Si el aire que toca se vuelve azafrán,
si la curvatura de tus hombros es el mundo como debería ser,
si por cada beso que das
crece un árbol que dará de comer
a mil pueblos.
¿Cómo no ser parte de tu locura?
Si todos tus pasos suavizan el dolor
y por cada una de tus caricias
hay un corazón
que sana y cura.

¿Cómo olvidarte si una vez perdido en ti
más encontrado está uno?
¿Cómo hacer como si nada?.
Eres la sorpresa y el truco.
Nos queda mirar tras la ventana.
Sonreír.
Bailar contigo hasta el valhalla.


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