sábado, 6 de junio de 2020

Por las esquinas de la desolación siempre se asoma un niño de tez clara con ánimo de embellecer la fiesta.
Cuando están mal dadas y hasta el cielo parece esquivo y lleno de maleza, siempre hay un pájaro que le da los buenos días al sol para dejar caer la idea de que todo pasa y todo queda, pero que lo nuestro es pasar.
Y en ese paso están los besos, las risas, los disgustos, el dolor, el aprendizaje, el amor, los amigos, los hijos, los padres, los sueños cumplidos, los marchitos, lo poco que nos queda, lo mucho que hemos sido.
Y al final de todo, lo importante es que hayamos besado, aprendido, amado; sido buenos amigos, buenos padres, buenos hijos; que hayamos soñado, que hayamos sido destrozados y que hayamos sentido que todo lo realizado es todo lo querido.
En la libertad está la promesa de una vida que se nos ha dado.
Y no hay nada más precioso que decir adiós sabiendo que todo tu guión se ha completado y que no has tenido que hablar: solo has tenido que ser tú.

No hay comentarios:

Publicar un comentario