domingo, 1 de marzo de 2015

       La vida te determina conforme va avanzando. Por lo general, esta idea, no debe de ser negativa ya que, al fin y al cabo, pertenecemos al mundo en el que nacemos y, el crecer bajo unas pautas sean las que sean (una vez que nos formamos la idea de lo que es la vida) nos hace únicos aunque luego (por nuestra singularidad; a veces negativa, a veces positiva) entremos en confrontación con el mundo que de verdad importa a nivel de supervivencia natural: el aceptado por la sociedad en la que nos encontramos.
       La posible singularidad en sí que el entorno nos puede llegar a dar en lo referente a lo que debe o no ser nuestra vida no es mala; es más, incluso algo tan "razonable" como la ética (ya se sabe) depende del lugar en el que nacemos, no de una verdad general que traspase a toda la raza humana. No obstante a diario se cometen barbaridades en el mundo a nivel de conciencia (digamos) "occidental" que en cualquier otro tipo de sociedad no occidental parecerían normales y serían aceptadas.
       A veces luchamos contra estas "ideas" que vamos forjándonos desde pequeños porque empiezan a ser dañinas, en ocasiones las cambias tú, otras veces te las cambian. Los cambios son buenos ya que un cambio es la sustitución de una idea desfasada o que no cumple ninguna función por otra que, pese a lo que intenten venderte, sí tiene lugar en todo "tu mundo de las ideas" (¿cómo va a caber en tu percepción de la realidad una idea que te hace daño y no una que puede llegar a darte felicidad?).
    Esa lucha tan costosa (aquella que habla del cambiar ideas que antes entendíamos como inamovibles) es preciosa. Es preciosa porque te hace enriquecerte como persona. Lo más importante de esta lucha es que, a la larga, a la corta y a la mediana, solo puede dejarte mejor de lo que estabas. A veces cambiamos por nosotros mismos, en otras ocasiones el propio ambiente nos hace cambiar. Sea cual sea tu razón si tienes una idea que te inquieta cámbiala: solo así podrás llegar a lo que todo ser humano aspira, ser feliz.