miércoles, 11 de diciembre de 2013

El amor no escatima en gastos
ni suena a humo en los llantos.
Ni muere, ni sufre, ni desaparece.
El amor no entiende de mentiras
no arde si no se le prende,
te clava cuando quiere, sus espinas.

El amor siempre entiende.
Perdona y castiga.
Es rencoroso y a la vez no recrimina.
Es hermoso y también una herida.
También muere, también sufre, también deja de estar.
Se disuelve en las pupilas
como disuelta en las lágrimas
está la sal.

El amor a veces se duerme
pero siempre con un ojo abierto.
Tiende a mentir,
a no ser eterno.
También sabe sobrevivir
más allá de los sueños.
Siempre de reojo mirando a la suerte.

Él no cree en la muerte.
La supera y se va con ella.
Es luz, es vida.
Es la alegría de una savia nueva.

El amor es un asesino.
Es cruel y despiadado.
Primero, te marca el camino
y luego lo quema
para dejarte ahogado.

Es una pena el amor
cuando se deja de saborear.
Es una verbena en el corazón cuando nace,
veneno cuando deja de estar.
Siempre, sin saber cómo, aparece sin llamar
y nunca deja notas cuando se va.
Es listo y es macabro.
Es precioso y es atractivo.
Es un incentivo
a esta vida de descalabros.
Una bocanada de aire para los sabios,
un lujo imperdonable para quien no sabe de él,
un semáforo que no cambia,
lo que no ocurre tras un amén.
Es una noche que agoniza,
una flor que se abre.
Tiene demasiados besos en liza
para algo que solo una vez nace
para algo que siempre te martiriza.

Son 20 poemas de amor,
meses sin visión,
infinitas canciones sobre la desesperación,
es un susto en la memoria,
es un Machado sin su Leonor,
sollozos en Soria,
"riquito de tal" sin su mansión.

Es un vacío que no cabe en una playa.
Es una energía tan fuerte que quema el Sol.
Es una fuerza con contraposición,
son los recuerdos que te queman,
son polvos que refuerzan.
Polvos, sí, polvos de estrellas
que nacen en las miradas.
Son los pies que caminan por mi espalda.
Desnudos de sentimientos y de miedos,
el amor son los pájaros cuando cantan al cielo,
¡cuando los perros ladran en celo!

El amor es el frío que no traspasa mi piel,
son mi "Te cambio mi "mi" por tu "tú"."
Son los sueños locos,
los cristales rotos.
El amor es lo que no fuiste capaz de hacer
cuando debías.
Lo que haces cuando el río está seco no es pescar.
Eso se parece más al vudú.
A veces cuando quieres llegar,
ha partido el tranvía.

El amor es todo y es nada.
Es lo que quieres.
Cuando no lo necesitas.
Es lo que necesitas.
Cuando no lo quieres.
El amor no es nada.
El amor lo es todo.





That I could make those people dance and, maybe, they'd be happy for a while.

martes, 10 de diciembre de 2013

Salí del trance de la mañana.
No tenía dónde ir ni dónde sentar mi cuerpo.
Parecía mentira, eras una silueta hecha calor.
No te vi, ni te escuché. Solo, andaba
hasta que como un ciclón, tuve donde caerme muerto.

Tenías prisa, recuerdo.
Algo de latín y un poco de alcohol.
"Estoy muerta" sonó seis veces en mis manos
mientras a tus ojos, casi señalaba, osado.
Como si tus piernas en albornoz
me estuvieran apuntando.

He visto muchos labios en mi vida.
Pero solo los tuyos, corazón, parecen estar posando.
Recuerdo mi "Si quieres, te puedo resucitar".
Como una bala perdida en el camino del azar.
A veces la peor tentativa se tatúa en la saliva;
y otras veces el deseo no te deja hablar.

Solo recuerdo un momento.
Ese en el que el deber, las clases, el "quehacer",
la ropa sin lavar y la comida en el congelador,
dejaron de estar en tu agenda.
Princesa, aquello fue la guerra.
Sin tregua, sin armas, sin lucha y sin Sol.

Tu nombre sigue soñándose en estas cuatro paredes.
Tu nombre que nace y se esconde
en el mismo lugar donde,
por suerte,
aquella tarde en acordes de Fa
pude descubrir las olas de tu mar.

lunes, 2 de diciembre de 2013

Ella no hablaba inglés
y yo, quería aprenderlo.
Pasaron los meses
y la conocí, sin conocernos.
Mientras ella lee
todos bajan la mirada
y la observo.
Mientras ella lee
analizo sus gestos.

Apenas sé de ella más allá de su nombre.
Tiene algo, un "no sé qué"
de esos que atropellan el pensamiento.
Sus ojos, mil miradas marrones esconden;
de su boca salen mariposas junto a su aliento.
Y yo, como un loco,
me imagino en sus sueños.

Cuando acaba la jornada me voy,
nada nuevo.
Vuelvo a ser lo que soy.
Lucha, ardor, sufrimiento.
Sin embargo, dos veces por semana,
me reinvento.
Me imagino en su vuelo.

No se llamaba esperanza
pero me gusta jugar a que lo es.
No hablo con ella
pero me gusta verla otra vez.
A veces se cruzan nuestros ojos,
a veces sé que me observa.
Hago de mis manos su antojo
y le regalo estos versos sin conocerla.