Cada vez que vuelvo me pierdo
y ya qué sé.
Todos los inviernos se vuelven del revés
y me deshielo.
Y ahora me hago
y deshago.
A partes iguales.
Cual domingo por la tarde
como si fuese ayer
justo antes de nacer.
Y me acomodo al despertar,
como se hace cada mañana
en la mar.
Aprovechando la nada,
para mirarla.
Huyendo de las olas.
Y me arrepiento con asiduidad,
de entrar en la lista
de las hojas solas.
Vaya andar de revista.