No hay más ley que la fiebre del oro en las minas del rey Salomón.
Y desafiando el oleaje sin timón ni timonel
por mis sueños va, ligero de equipaje, sobre un cascarón de nuez
mi corazón... De viaje.
Luciendo los tatuajes de un pasado bucanero
de un velero
al abordaje de un...
De un "No te quiero querer".
¿Y cómo huir, cuando no quedan islas para naufragar,
al país donde los sabios
se retiran del agravio
de buscar labios que sacan de quicio?
( Mentiras que ganan juicios
tan sumarios
que envilecen el cristal de los acuarios de...
De los peces de ciudad,
que perdieron las agallas
en un banco de morralla
en una playa sin mar. )
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