martes, 11 de febrero de 2014

              Tratado de impaciencia. Asumo mi suplencia, me rasgo los ojos, entiendo la situación aunque mi incomprensión siga latiendo. Mis pies están cojos, maldiciendo, asintiendo en ocasiones, miro en otra dirección, me oriento en las contradicciones.
 
              El caminar, el caminar se hacía arte cada vez que andabas. Las caderas no se inventaron para invertir el tiempo; tú a esta idea la maltratabas, le quitabas el aliento. Dibujabas tu camino sin querer, me hacías creyente de tu fe, me perdías. Agonía, ese es el recuerdo. A lo lejos, las sonrisas; las prisas, de mi. La mirada feliz, los ojos como platos; los gatos, la hora de la siesta, la playa entre tu pelo, el mar con sus crestas, los abrazos que empezaron en nuestros dedos.
 
             Y volar, soñar, jugar; a que me equivoco. A que no hago lo correcto, a que me choco, a que me pierdo en un mar de espinas. Y a apostar por los miedos, por las calles vacías, por los dolores de cabeza sin aspirinas.
 
 
 

 
"Quiero reír mientras surcamos por el cielo, reconocernos parte más del firmamento. Y emborracharme yo una vez más con tu pelo. Sin importar. Luego echarte de menos."
 

lunes, 10 de febrero de 2014


A veces el que puede no está capacitado para querer. No siempre es cuestión de posibilidad, en ocasiones es cuestión de necesidad, de sentimiento. Los amores no son constantes, lo siento, pero eso no significa que no puedas disfrutar de lo demás. Los vientos de la ciudad siguen levantándole las faldas a las Monroes de paso y eso no es algo precisamente fácil de evitar. La vista se mueve y las manos atacan. Los dedos aprenden piano con la facilidad del tecleo de un ordenador y la mente experimenta la volatilidad de un pájaro.
 
De mientras camino, hablo, conozco gente, saludo, sonrío, planeo, viajo, sueño, me hago el loco y juego a las damas con los días. La soltería está minusvalorada, el ser alucinógeno del enamorado vive en un universo paralelo, permítanme, mentiroso. Eso no quita que me encante, eso no quita que sepa de que va.
 
Así que mientras mi Aldrin no llega seguiré con lo mío y con lo vuestro, con lo que dejes; sin pudor y sin respeto, como a mi me gusta, como ya sabes. No es cosa mía si asusta.

sábado, 8 de febrero de 2014

Braguitas de encaje,
suena el despertador,
"Eh, eh, no te rajes",
tu sujetador,
el Sol que amenaza por la ventana,
el dedo acusador
de tu jefe,
tus pantalones tirados por el suelo,
nuestra humedad en las persianas,
tu cuerpo cegador
que se estremece.
Historia no contable en los cuentos.

Los besos que se quedaron en vuelo,
el caminito de tus dedos por mi espalda,
los mares que dibujé yo en tu pelo,
las espinas que encuentro en tu mirada,
los ríos que empapé yo en tu cielo.
Tu carmín maquillando tu almohada.

El deber que no perdona y tú que te marchas.
A veces la cháchara no es más que el camino de lo que se siente.
No esperabas contratos, yo no esperaba deberes.
A veces lo que dejan los "después de..." no son manchas.
Hay mujeres y hombres entregados a los placeres.

No te preguntes qué haces,
no llames al corazón.
Déjate de disfraces.
Seamos de quita y pon.

martes, 4 de febrero de 2014

A ti, a ti que te miras al espejo,
que no te enteras ni cuando estás lejos
de quien fuiste.
A ti que te has visto triste,
que has sido todo menos nada.
A ti que escapas de las balas,
que te has hecho fuerte a base de despistes,
de errores, de cánones erróneos en tu pasado.
A ti que, a veces, duermes helado.
A ti, que te tengo en la cama,
en el caminar,
en la mesita de noche junto a la almohada.
A ti que te tengo al pensar.
A ti, al que tengo que despertar cada mañana.
A ti que te afeitas,
que te reiteras
en lo que no quieres y te creces en lo que deseas.
A ti que ni lo intentas,
eso del mentir.
A ti al que enseñé a sentir,
al que le tuve que quitar las lágrimas.
A ti, al que pasa página.
Al que encuentra, al que pierde,
al que arde cuando anochece.
A ti, a ti te estoy llamando.
A ti, a ese que ha resurgido, ese que ha salido del tren de los borrachos.
A ese que no sabe hacer gazpacho.
 A ti, a ti me estoy refiriendo.
Sí a ti, al que no vuela. Al que ahora está sonriendo.
Sí a ti, tú, tú eres tú.
Tú eres al que he tenido que sacar del inframundo, sin luz.
Sí, sí a ti. A ese que se ha vuelto a perder en otro pelo, en otro consejo desmedido.
A ti, al de los sin sentidos.
A ti, a ti te estoy mirando.
Te estoy siguiendo, te estoy llamando.
A ti que quizás no eres sino restos de un naufragio.
A ti que pasas de los sufragios,
de los andenes
y de los vaivenes
de los que no te quieren.
A  ti que ahora sales y pides el pan de cada día.
A ti, que te estás haciendo una nueva vida.
A ti que te cargas las banderas, que tienes un himno junto al de la alegría.
A ti que siempre sonríes, venga lo que venga.
A ti que no hay quien te entretenga
cuando amas.
A ti que ardes en llamas
cuando debes.
A ti, sí a ti. Te pido que no te aceleres.
No seas lo que fuiste, sé tú, lo que eres.
Y no pierdas tu esencia,
ten paciencia.
A ti sí, a ti, que las dejas enamoradas.
Sé de todo menos nada.