Aunque nada me podía alejar del cielo ni de tu tierra;
a veces, era un holgazán por el miedo a tus praderas.
Y cuando intenté sacarte a bailar
no respondieron las
piernas.
Y apareciste desnuda sin avisar
en medio de mis coincidencias
Y entonces ya nada se puede contar a la hora de hacer las cuentas.
Y vuelo y sueño y vuelvo a soñar que aquí tú te presentas.
Y entonces me salvas de este puto huracán sonriendo a tu manera.
Y te beso, te beso y te vuelvo a
besar observando cómo me besas.
Y ya nada queda de lo que empezó como un juego de mesa.
Y ahora solo estamos, solos tú y yo, juntando las estrellas
En mi cama solo hay sitio para los dos y tú tienes la reserva.
Te recuerdo, aquí, en mi habitación y se me rompen los esquemas.
Y entonces ya nada se puede contar a la hora de hacer las cuentas,
y vuelo y sueño y vuelvo a soñar que aquí tú te presentas.
Y entonces me salvas de este puto huracán sonriendo a tu manera,
y te beso, te beso y te vuelvo a besar observando cómo me besas.
Y te miro, te pienso y te vuelvo a pensar buscando tus caderas.
Y te canto y te miro y te vuelvo a cantar buscando la vida entera
Y entonces ya nada se puede contar...
Y entonces ya nada se puede contar...